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miércoles, 24 de abril de 2024 02:51h.

Tensión al máximo en el primer debate presidencial de los EE.UU.

El primer encuentro cara a cara entre los candidatos que buscan llegar a la Casa Blanca, estuvo marcado por los insultos personales, las múltiples acusaciones entre si y los constantes actos de saboteo mutuo.

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Fuente: El País de España

El debate del pasado martes, que se llevó a cabo en la ciudad de Cleveland (Ohio) en donde se presentaron ante los votantes el actual mandatario de los Estados Unidos y candidato del Partido Republicano, Donald Trump; y el ex vicepresidente Joe Biden, en calidad de aspirante presidencial demócrata, pasará a la historia como “el peor debate de la historia” según varios analistas de medios de comunicación.

Desde antes de que se llevara a cabo el debate, que se llevó a cabo en el auditorio de la Universidad Case Western Reserve, la tensión que se vive en la nación norteamericana, estaba en un punto pleno de ebullición ante la alta presencia de agentes del orden resguardando el recinto ante posibles brotes de actos violentos, y la amplia presencia de simpatizantes tanto del republicano, como del demócrata que caldeaban los ánimos de lo que sería una noche para muchos nefasta.

Los temas del encuentro se centraron en la relación de los candidatos con la Suprema Corte luego del fallecimiento de la magistrada de esta institución judicial Ruth Bader Ginsburg, además de sus acciones respecto al manejo de la pandemia del coronavirus en la Unión Americana, las protestas y actos de violencia originados por la tensión racial y los actos de brutalidad policiaca contra diferentes grupos poblacionales, la confianza frente al proceso electoral del próximo 3 de noviembre y la recuperación económica de la superpotencia mundial.

Respecto al escaño que dejo la juez progresista con su deceso, Trump ratificó que mantendrá su apoyo a la jurista Amy Coney Barrett, conocida por su posición respecto a la defensa de la vida desde el vientre y su férrea oposición a la legalización del aborto en toda ocasión; como la mejor opción para ocupar el escaño de Bader Ginsburg. Inmediatamente, Biden refuto a su contrincante y aseguró que este no es el mejor momento para designar un nuevo integrante del máximo órgano de la Justicia estadounidense. Trump lo desafío y dijo que él fue electo por los estadounidenses por cuatro años, y está en plena potestad de designar al próximo integrante del ente jurídico.

Esta fue la chispa que encendió el acalorado debate, que se extendió durante una hora y media de insultos, improperios y ataques personales en los que se sonsacaron varios temas candentes como el papel del Presidente Trump en el manejo de la pandemia de COVID-19 que ha ocasionado que Estados Unidos se encuentre entre los países con mayor tasa de contagios a nivel mundial, el papel de Biden respecto a la creación del polémico plan de salud del Obamacare, la aparente evasión de impuestos del republicano y los escándalos de sobornos por parte del hijo de Biden en Ucrania.

La primera explosión de la noche se dio cuando se tocó el tema del racismo, en el que tanto Trump como Biden se sacaron los trapitos al sol. Las acusaciones del magnate de bienes raíces que tomó  el mando en 2016, se centraron en la declaración de Biden quien asegura que las situaciones de protestas violentas y actos de abuso policial en distintas ciudades estadounidenses, deben ser competencia de las autoridades locales. Trump, por su parte, ratificó que la Guardia Nacional es la única respuesta para aplacar las manifestaciones y que se dedicara en un próximo cuatrienio a desmantelar la organización antifascista ANTIFA, de quien Trump afirma que tiene nexos con los demócratas y que busca acabar con la institucionalidad y el modelo económico de la nación del norte.

La agresividad escaló cuando se llegó al tema de la integridad del proceso electoral que se llevará a cabo en dos meses. Trump insistió en que las elecciones están arregladas a favor de Biden, que se llevará a cabo un masivo fraude en la votación por correspondencia (mecanismo de voto adelantado que se lleva a cabo en varios estados de la Unión) y que no recocerá un resultado adverso a un triunfo suyo. Biden por su parte, afirmó que era imposible hablar con un “payaso”, refiriéndose al gobernante norteamericano, y afirmó que él es el único con el talante de enfrentar las amenazas externas que enfrente su nación, tales como el presidente ruso Vladimir Putin.

Para los analistas políticos que siguieron el minuto a minuto de este debate, es imposible declarar un ganador de esta primera contienda, ante el bajo nivel que este llevo entre las provocadoras declaraciones de Trump y las aireadas respuestas de Biden.

El siguiente mano a mano será entre sus fórmulas vicepresidenciales: la demócrata Kamala Harris y el republicano Mike Pence, que se realizará, al igual que el debate pasado, con los más estrictos protocolos de bioseguridad para evitar el contagio del COVID-19, el miércoles de la próxima semana en la ciudad de Salt Lake City, Utah. El actual dirigente de la nación más poderosa del mundo y el segundo al mando durante la administración del entonces mandatario Barack Obama, se volverán a ver las caras el 15 de octubre en la ciudad de Miami, bastión de la comunidad latina, y por última vez, el 22 de octubre, en la ciudad de Nashville, Tennessee.